Pasaia Donibane
Donibane

En el casco histórico de Pasai Donibane (San Juan) recorreremos una única pero preciosa calle que atraviesa todo el núcleo histórico, con un conjunto de pasadizos bajo las casas, escondidos txokos y demás detalles que nos hechizarán. Esta calle se describe entre la bahía y el monte, y tan solo permite espacio suficiente para una hilera de edificaciones, algunas de ellas de gran valor patrimonial.
La única calle de Pasai Donibane (San Juan) que conocemos hoy en día no fue toda una realidad hasta el siglo XVIII, cuando se abrieron los arcos de las casas Carpin (Txulotxo) y Muñoz (Cámara). Hasta ese momento la calle se veía obligada a remontar su curso por las escaleras que conducen hasta la ermita de Santa Ana. Todo el recorrido de la citada calle posee un gran valor evocador, de gran fuerza, y se desarrolla encajado entre el mar y la ladera del monte, algo que va más allá del mero tipismo. Esta calle además se encuentra jalonada por interesantes arquitecturas, casas que nos hablan del esplendor de otros siglos, del buen hacer de otras épocas y que salen a nuestro encuentro en el recorrido.
Avanzando por la calle, pasaremos por el primero de sus cuatro arcos o pasadizos, y nos toparemos con el Astillero Tradicional, "Ontziola". Tras atravesar el segundo arco, aparecerá ante nosotros la Casa Miranda, de preciosa fachada renacentista (siglo XVI) y con dos escudos de armas en el piso bajo, hoy día Hogar del Jubilado. Por la puerta derecha de esta casa podemos acceder a la vivienda conocida como la casa de Victor Hugo hoy dia oficina de turismo, ya que el representante más destacado del romanticismo francés llegó a pasar unos días en este lugar tan cautivador. En el tercer arco encontraremos una imagen de Cristo Crucificado y, tras él, el Humilladero de la Piedad.
Un poco más adelante llegaremos al principal (o único) ensanche de Donibane (San Juan). Hablamos de la Plaza de Santiago, con el mar a un lado, las bonitas y coloridas casas marineras (altas y estrechas) al otro, el antiguo Ayuntamiento en medio... esta plaza es uno de esos lugares donde el simple ejercicio de dejar pasar el tiempo se convierte en una experiencia muy agradable.
Seguimos de camino hacia el mar y de pronto nos topamos con la Basílica del Cristo de la Bonanza. Por último, cerca de donde la bahía se hace mar, podemos contemplar lo que queda del Castillo Santa Isabel.