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Fecha de publicación: 20/02/2024
Juan Enrique Bengoetxea cede la maqueta de la draga Jaizkibel al Ayuntamiento de Pasaia
El errenteriarra Juan Enrique Bengoetxea Elizetxe ha cedido al Ayuntamiento de Pasaia la maqueta de la draga Jaizkibel. El 20 de febrero Bengoetxea y el alcalde Teo Alberro Bilbao han firmado el convenio correspondiente para la cesión, en el palacio Arizabalo. El concejal de Patrimonio Aitor Brion Barneto ha recibido al autor junto con el alcalde.
Esta maqueta es una réplica minuciosa que homenajea la rica historia marítima de Pasaia. Este buque jugó un papel fundamental en el desarrollo del puerto de Pasaia, y el autor ha confesado que le tiene “un cariño especial”.
La draga Jaizkibel fue declarada en 1992 Bien de Interés Cultural por la Junta de Patrimonio del Gobierno Vasco. Tiene 60,20 metros de eslora, 10,50 metros de manga y un puntal de 4 metros. Su calado es de 2,10 metros, lo que le permitía trabajar a cotas de entre 3 y 17 metros desde la línea de flotación.
El casco está construido con chapa de acero remachada, como era lo habitual en la época, y es una de las pocas naves con este sistema de fabricación que se conserva en la actualidad. Su construcción data del 3 de noviembre de 1933, en los astilleros de la compañía Euskalduna de Bilbao. Fue un encargo de la Autoridad Portuaria de Pasaia para mantener la bahía libre de sedimentos que el río Oiartzun vertía. Desechos que, durante los años sesenta, se incrementaron notablemente a consecuencia de la actividad de la Papelera de Errenteria-Orereta.
La maqueta
La maqueta, construida a escala de 1/50, pretende reproducir según su autor "de la manera más detallada posible y respetando los materiales originales, todas las características funcionales y estéticas del modelo real". El objetivo de Bengoetxea ha sido replicarla tal y como fue conocida en su periodo de actividad, y ha calculado
El errenteriarra es aparejador (ahora jubilado), pero ha realizado gran variedad de maquetas de barcos desde su época de estudiante. "No sé de dónde me viene este interés especial. ¡Quizá fuera corsario o marino en otra época!", ha dicho entre risas a los representantes municipales. Les ha confesado que tiene en casa una gran variedad de veleros y otras construcciones en las que suele estar trabajando hasta altas horas de la madrugada.
“Hay trabajos que son muy tediosos y con los que pasas días y días para luego apenas apreciar resultado. Y, en cambio, hay otras piezas que marcan una gran diferencia en el conjunto del proyecto. Lo segundo es, por supuesto, mucho más satisfactorio, pero aunque desearas multiplicar esas pequeñas y repetitivas piezas para no tener que hacerlas de una en una, forman parte también de la maqueta y es un trabajo que debe hacerse”, comentaba.
El forro del casco y de la cubierta son de madera chapeada con láminas de cobre roblonado y latón. Para el casco, la cubierta y otros elementos del interior se ha utilizado chapa de madera contrachapada, recuperada de unas cajas de vino.
El artista también construyó de contrachapado de madera los tres elementos principales de la cubierta: el casetón de la popa, la torre central y el casillete de la torre grúa de proa. Las dos torres, la caseta, el brazo de la draga, las tolvas de descarga, vertederos y todas las casetas menores están construidas con contrachapado de tilo y forradas en cobre. La chimenea es de tubo de cobre de fontanería.
La pintura usada ha sido acrílica, y ha sido aplicada por el autor de acuerdo a los colores del modelo. El artista ha añadido a su acabado definitivo unos ligeros toques de óxido para conseguir el aspecto habitual de la nave durante sus años de trabajo. Para mejorar su resultado final, la maqueta se ha situado en posición de trabajo; es decir, con el brazo del rosario sumergido y reposando sobre los sedimentos del fondo, y el vertedero de estribor desplegado.