A principios de 1931 existía un gran conflicto laboral en el sector pesquero pasaitarra, y las personas que trabajaban en el mar reclamaban una mejora de las condiciones laborales.

Durante el mes de abril se reunieron los marineros, se formalizaron los sindicatos y se creó el sindicato "La Unión Marítima" de la Industria Pesquera de Pasaia y sus Derivados.

En mayo de 1931, después de la proclamación de la II República Española, en los principales puertos de la cornisa cantábrica se vivía una serie de jornadas de huelga para pedir una solución a las reivindicaciones laborales de los trabajadores del mar: mejores sueldos para los marineros del Gran Sol, descanso equivalente a los domingos que se faenaban en el mar, y una jornada que no fuese superior a las 15 horas de trabajo.

Las condiciones laborales eran tan malas, como se recoge en las memorias de los pescadores que lo vivieron entonces, que se denominaron "años de la esclavitud" y esas condiciones llevaron a la huelga a toda la flota de arrastreros. Los pescadores de Pasaia empezaron a pasar hambre por la falta de ingresos económicos derivados del conflicto y los armadores acudieron a las localidades marineras gallegas para recoger nuevos marineros y no les dijeron que los reclutaban para sustituir a los marineros en huelga. Cuando los recién contratados marineros gallegos llegaron a Pasaia y vieron que querían utilizarlos para sustituir como esquiroles a los marineros en huelga, muchos volvieron a sus pueblos.

El 26 de mayo la gente que se había congregado en las inmediaciones de San Pedro y Trintxerpe salió en manifestación hacia San Sebastián, pero al comprobar el despliegue de las fuerzas del orden ordenado por el Gobernador de la Provincia, desistieron de continuar con la marcha. Esa misma noche fueron detenidos varios directivos del sindicato “Avance Marino”, así como el presidente de la Federación de Sociedades Obreras. Entre ellos, el anarquista Juan Méndez y el comunista Francisco Cabezón. Otro dirigente sindical, Astigarrabia, se desplazó a San Sebastián para excarcelar a los detenidos; habló con el gobernador Aldasoro y, al no llegar a un acuerdo, parece que amenazó con liberar por la fuerza a los militantes comunistas.

Así el 27 de mayo al amanecer, 1.500 personas – hombres, mujeres y niños/as – se reunieron en Pasai San Pedro a la espera de que el gobernador militar, Villa Brille, hablara con algunos de los concentrados. El militar se retiró y los manifestantes se dirigieron a Pasai Antxo, donde se reunieron con otros vecinos de Pasaia. Hacia las diez de la mañana, partió de Trintxerpe hacia San Sebastián una manifestación de más de 2.000 personas, con la que se quería denunciar la falta de acuerdo con la patronal y para que la población donostiarra conociera la lucha que los pescadores y marineros de Pasaia estaban desarrollando en favor de las reclamaciones del sector. Entre las reivindicaciones se leía "libertad para nuestros compañeros" y "pan para nuestros hijos".

Al llegar al Alto de Miracruz se encontraron con un destacamento del Ejército, a quienes hicieron saber que se dirigían pacíficamente a pedir al gobernador la libertad de los compañeros detenidos. Estos les dejaron pasar y les advirtieron que más adelante se encontraba la Guardia Civil. Una vez llegados a la altura del reloj de Ategorrieta, con órdenes de que no se permitiese el avance la manifestación, la Guardia Civil comenzó a disparar contra los manifestantes. 

En este fatal encuentro murieron 7 personas: José Carnés (32 años de edad), Manuel Pérez Allera (34), José Novo Martinez (25), Antonio Barros (31), Julián Zurro Pérez (19), Jesús Camposoto (23) y Manuel López Díaz, así como numerosos heridos. 

Como consecuencia de estos hechos, los anarcosindicalistas y los comunistas convocaron tres días de huelga en Pasaia con la oposición de socialistas y solidarios vascos. Al día siguiente de la marcha de Ategorrieta, una comisión de armadores comunicó al gobernador civil su decisión de aceptar el arbitraje propuesto por el Gobierno para encontrar una solución al conflicto del puerto y la huelga de pescadores concluyó tras la firma de las nuevas condiciones laborales, en las que se recogieron buena parte de sus reivindicaciones.

Así, ante el 93 aniversario de estos sucesos, la  Junta de Portavoces del Ayuntamiento de Pasaia manifiesta lo siguiente: 

1- Su recuerdo y reconocimiento a los 7 manifestantes pasaitarras asesinados en Ategorrieta, a sus familias, y a todos los heridos en la manifestación del 27 de mayo de 1931.

2- Los poderes públicos, en virtud de los principios de verdad, justicia y reparación y, al amparo de la Ley 20/2022, de 19 de octubre, de Memoria Democrática y de la Ley 9/2023, de 28 de septiembre, de Memoria Histórica y Democrática de Euskadi, debemos, defender y poner en valor una memoria histórica objetiva, compartiendo socialmente el reconocimiento para todas aquellas personas que lucharon en defensa de derechos y libertades, y que por hacerlo, sufrieron consecuencias personales, como en este caso, por defender una sociedad más igual y más justa.

3.- El Ayuntamiento de Pasaia manifiesta su compromiso de publicar íntegramente en euskera, gallego y castellano el informe relativo a estos hechos, completando, en su caso, la información contenida en el libro "1931-1939 Memoria de los vencidos" de la colección Sorginarri de Pasaia.

4.- Manifesta su intención de honrar y recordar la memoria de los fallecidos en los sucesos acaecidos el 27 de mayo de 1931, participando en las iniciativas institucionales que se lleven a cabo con motivo de este día e invitando a toda la ciudadanía a las iniciativas sociales que se realicen (marchas, ofrendas florales...) para que estos hechos sean conocidos y no caigan en el olvido colectivo.

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